El Blanqueamiento dental es un tratamiento de la odontología estética no invasivo, que nos permite tener una sonrisa bonita y atractiva, mejora nuestra imagen e influye en nuestra vida cotidiana, sea laboral, social o familiar. Así mismo mejora nuestra autoestima.
Nuestros dientes se oscurecen por varios motivos, la edad, la alimentación, las bebidas, el tabaco, la medicación. Somos muchos los que conocemos el antibiótico llamado tetraciclina, que tan característicamente cambia el tono de los dientes.
Indispensable, por supuesto, es que antes de realizar un blanqueamiento dental, la boca del paciente esté sana, es decir, a salvo de caries u otras patologías…..
El tratamiento se puede realizar en la clínica y en casa. Una combinación de las dos, sería lo ideal.
En la clínica:
Primeramente se hacen unos moldes de la boca del paciente para realizar unas férulas, que se utilizarán como continente del producto para blanquear los dientes. Así mismo tomaremos nota del tono de los mismos, para que al final del tratamiento observemos la diferencia.
En una segunda visita, el paciente deberá permanecer en el sillón del dentista durante 30 minutos, con dichas férulas y el producto en ellas. Es el método ideal ya que el doctor controla en su clínica el proceso del tratamiento.
Esto se repetirá dos o tres veces, con un intervalo entre cada sesión de 7 a 10 días. Es verdad que aun siendo un tratamiento poco invasivo, se puede tener cierta sensibilidad después de cada fase. Un dentífrico específico ayudará a calmarla.
Una vez finalizado éste tratamiento en la clínica, se entregará al paciente las férulas junto con producto de blanqueamiento, para que él mismo pueda hacer cómodamente en su casa cortas sesiones “de recuerdo”. Evidentemente el producto en cuestión tiene una concentración muy baja del material utilizado para el tratamiento en la clínica.
Para pedir una cita con la dentista, llama en horarios laborales o rellene el formulario con sus datos y le propondremos una cita tan pronto como sea posible.